Casi un centenar de cuadros componen la exposición de Desnudos que recorre la obra del pintor blanqueño desde 1964 hasta la actualidad. La muestra permanecerá en la tercera planta de la Fundación desde hoy, día de su inauguración (19.00 horas) hasta finales del mes de enero.
Pedro Cano repasa su obra mediante una serie de desnudos que el pintor ha dibujado desde sus inicios, allá por el año 1964, hasta hace apenas unos días. La exposición se inaugura esta tarde, a las 19 horas, aunque el artista blanqueño ha querido presentar, unas horas antes, ante los Medios de Comunicación, los detalles de esta exposición temporal que permanecerá en la tercera planta del Museo hasta finales del mes de enero.
La muestra supone para Cano "una mezcla de sensaciones por el recuerdo que me traen estos dibujos que hice en mis primeros años en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, donde solo nos dejaban trabajar con carboncillo" recuerda el Hijo Predilecto de Blanca.
La exposición comienza con el dibujo con el que Pedro Cano ingresó en Bellas Artes y donde, a pesar de que la máxima nota era un 10, se le calificó con un 15. La exhibición de desnudos del pintor blanqueño consta de alrededor de un centenar de obras que repasan la trayectoria del artista.
Tras su primer dibujo, se pueden observar los primeros desnudos que hizo el pintor en sus inicios en la escuela madrileña. Se trata de 12 carbones, donde se reflejan a los hombres y mujeres que posaban como modelos, así como una serie de dibujos de estatuas.
Al fondo de la planta, el pintor ha incluido una serie de 60 acuarelas realizadas en los 80 y 90, y una serie realizada durante este 2011, ya que el artista blanqueño dedica, al menos una vez al mes, momentos a la pintura del desnudo al natural, puesto que según Cano "el paisaje más difícil de dibujar es el cuerpo humano".
Los desnudos de Pedro Cano, mediante diversas técnicas y materiales como pueden ser el carboncillo, grafito, lápiz de color, acuarela y óleo sobre lienzo o taba, o sobre papel hecho a mano, están pintados directamente al natural, donde los cuerpos se sitúan en un entorno indeterminado, y donde el observador se centra exclusivamente en la figura humana.