Merino y la ficción abren la quinta edición de Río de Letras

El ganador del Premio Nacional de Narrativa, José María Merino, inició la primera de las 6 conferencias que acogerá la Fundación Pedro Cano con motivo de la celebración, hasta el 7 de mayo, de la quinta edición del ciclo literario blanqueño, Río de Letras.

Un centenar de seguidores del escritor recibieron una clase magistral sobre la ficción y el proceso de creación literario

"Amante de la lectura y un emocionado de la escritura". Así se presentó en el Río de Letras José María Merino, ganador del Premio Nacional de Narrativa que abrió anoche, en la Fundación Pedro Cano, una nueva edición del ciclo literario blanqueño.

Considerado como uno de los mejores cuentistas de la literatura española, Merino impartió una lección magistral sobre el proceso de creación literario con la ficción como instrumento para entender la realidad, tal y como hiciera en su discurso de ingreso a la Real Academia Española titulado como 'Ficción de verdad'.

Para el escritor coruñés, la ficción es la primera forma de sabiduría creada por la especie humana. "Es necesario imaginar historias para entender la realidad" afirmó el académico mientras hablaba de su última novela 'El río del Edén', que habla sobre la necesidad y poder de la esperanza, y que le llevó a ganar el Premio Nacional de Narrativa. Acerca de esta obra, el académico reconoce ser su novela más realista. En ella, el autor adopta una segunda voz autorreflexiva para dar vida a un microcosmos familiar, que gira en torno a un niño con discapacidad y a las crisis que su aparición provocan en la vida familiar.

Merino habló, también, sobre la diferencia entre el cuento y la novela afirmando que "un cuento es algo que empieza pronto y termina enseguida", refiriéndose el escritor a que ofrece una unidad de lectura total, al igual que un poema, de donde viene Merino. La poesía le enseñó a escribir narrativa, le obligó a afinar su precisión, a buscar las imágenes con más fuerza, a trabajar la sugestión. Así, sus relatos heredaron lo que fue como poeta narrativo, y sus novelas de los relatos.

La diferencia entre una novela y un cuento es que "la primera es un acto de fe, el segundo una iluminación" así lo aclaró en su discurso de ingreso a la Academia, y así lo reflexionó en el ciclo blanqueño, donde confesó estar seguro de que "si no ves el cuento, no puedes entrar a escribirlo. La novela puedes no verla del todo y, sin embargo, llegar a culminarla".

El autor de 'La sima' se despidió del público blanqueño revelando sus dos patronos. Por un lado, su patrón Miguel de Cervantes, quien le enseñó que pese a las circunstancias hay que seguir escribiendo, y por otro lado su patrona, Sherezade, quien le enseñó que para vivir hay que seguir contando historias.

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